Meditación para niños Beneficios comprobados
La meditación es una herramienta clave para el desarrollo del potencial de los niños. Según el doctor en Psicología Luis López autor de «Meditación para niños», en un principio los niños no tienen ningún deber de meditar, «pero sí es conveniente que aprendan a hacerlo» y se supone que aprenden en un entorno en el que «los padres también deberían aprender a meditar».
Explica que meditar no implica hacer algo totalmente nuevo, pasa por buscar la calma, la sencillez, la integridad. Siempre ha habido formas en las casas para buscar estos estados de quietud y los niños tienen que aprender una habilidad que los padres se supone que tiene que desarrollar, lo mismo que hablar una segunda o tercera lengua.
Aunque a simple vista parece demasiado sencillo, lo cierto es que esta práctica parece ejercitar partes del cerebro que nos ayudan a prestar atención. Simplemente es, estar presente y observar sin juicios.
Susan Kaiser Greenland, una de las pioneras en la práctica de la meditación con niños en occidente, explica un episodio en el que su hijo llega llorando a la cocina, sin poder explicar lo que le ocurre. Ella, viendo que no tiene sentido preguntarle una y otra ver lo que le ocurre, decide mostrarle una bola de nieve, de esas que se agitan y uno se queda observando cómo va cayendo la nieve hacia la base. Le muestra esto una y otra vez, hasta que su hijo se calma y es entonces cuando es capaz de contar lo que le ocurre.
Meditar con niños es observar cómo cae la nieve de una bola de nieve; es dar un paseo observando lo que hay a nuestro alrededor; es mirar fijamente una hoguera; es contar respiraciones mientras contamos piedrecitas. Meditar con niños es sentarse con las manos en la tripa, en silencio, observando cómo sube y baja la tripa. Meditar con niños es permanecer quietos, en silencio, sabiendo que no hay que hacer nada más que respirar.
Beneficios de meditar para los niños son varios:
A nivel somático se regulan mucho más todos su órganos, sus capacidades cardiovasculares y su desarrollo neurológico.
De cara a sus habilidades cognitivas, el niño que aprende a meditar, desarrolla todas sus competencias intelectuales como el sentido cognitivo: mejora la atención, la capacidad de abstracción, de lógica, de cálculo, etc.
1. Será más responsable, tanto de sus cosas materiales como de sus emociones, de su vida y de su felicidad.
2. Se querrá más a sí mismo.
3. Se podrá concentrar mejor al ser capaz de enfocar su atención hacia lo que desea, sin caer en los despistes.
4. Tendrá menos ansiedad y menos estrés.
5. Dormirá mejor.
6. Será menos impulsivo.
7. Tendrá más autoestima, y más seguridad y confianza en sí mismo.
8. Mejorará su rendimiento académico.
9. Mejorará la gestión de sus emociones.
10. Mejorará sus relaciones sociales. Mostrará más empatía y gratitud.
11. Mejorará su sistema inmunológico.
12. Será menos violento.
13. Será más capaz de enfrentarse a las frustraciones y a las dificultades, ya que desarrollará más capacidad de aceptación de lo que ocurre.
14. Será feliz.
15. Sentará las bases de una madurez más sólida.
Por otra parte, cualquier otra actividad que el niño desarrolle, ya sea deportiva, creativa, artística o social, se va a ver beneficiada de la práctica de la meditación por lo que podemos afirmar que desarrolla todas las habilidades individuales, tanto las psicomotrices e intelectuales.
El niño que medita, que escucha sus emociones, va a desarrollar sus habilidades sociales, va aprender a conocer sus límites, sus capacidades, aprenderá a perdonarse a sí mismo, a los demás, a desarrollar la asertividad y la empatía.
Luego de aplicar meditación los niños muestran una gran mejoría en sus capacidades creativas, personales e interactivas. Además, tienen una increíble capacidad de meditar de forma natural y sin esfuerzo, se puede observar en el vídeo una hermosa conexión con ellos mismos y su entorno.
Si te gustaría que tus niños conozcan y comiencen a practicar técnicas de meditación y respiración puedes realizarnos cualquier consulta.
- Ten paciencia. Los niños son inquietos y curiosos por naturaleza y les cuesta mucho más trabajo permanecer quietos y en silencio.
- Hazlos entrar en el mood.
- Enséñalos a controlar el cuerpo y los sentidos.
- Guía su mente.
- Prueba con mantras.